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Actualmente la mayoría trabajamos desde nuestras casas, donde podemos pasar más tiempo con nuestros seres queridos, dormir un poco más, trabajar y ver series al mismo tiempo (en especial esa donde todos usan máscaras y asaltan bancos); algunas veces sin la formalidad de bañarse y aunque la idea de trabajar en pijama parezca bastante agradable; a veces la rutina o el estrés del trabajo se pueden acumular sin que nos demos cuenta.
¿Cómo es que ha llegado a ti esta sensación? Tal vez llegue un punto en que prendes la televisión para ver las noticias… Durante los anuncios, puede aparecer uno de viaje con un destino turístico hermoso y empiezas a visualizarte en la playa del Caribe, Mar de Cortés u Océano Pacífico, con una margarita muy fría. Sí, tal vez en ese momento empiezas a sentir que necesitas vacaciones.
Sin embargo, en estos tiempos de cuarentena, donde de alguna manera “descansamos” ¿cómo es posible notarlo? En el blog de hoy te damos 9 signos en los que puedes darte cuenta de eso.
1.- Tu primer y último pensamiento es sobre el trabajo. Es normal que a veces uno se vaya a dormir con los pendientes de la oficina, pero sí en cuanto te despiertas, prendes instantáneamente la computadora para comenzar a trabajar; es un síntoma de que el trabajo te absorbe demasiado, es importante tomes tu mañana para realizar diferentes actividades como hacer ejercicio, tomar un buen café e incluso darte tu tiempo de despertar.
2.- Insomnio. No poder dormir o que te cueste trabajo conciliar el sueño es señal de que hay bastantes pensamientos que toman tu atención; hay estudios que comentan que meditar al ritmo de sonidos de la naturaleza, tomar el sol y respirar aire fresco, te brindan una mejor calidad… En especial si es en alguna playa del Caribe o recostado en las camas amplias y acolchonadas de un hotel.
3.- No eres dueño de tu tiempo. Esta es la frase que me dijo un amigo una vez, trabajaba demasiado organizando eventos y cuando intentaba realizar algún hobbie, se encontraba con situaciones de estrés y pensamientos como: “debí haberme quedado en el trabajo para adelantar cosas o terminar pendientes”. Los hobbies nos ayudan a alimentar nuestra esencia y liberar endorfinas que reducen el estrés.
4.- Falta de concentración. La mayoría de las personas no pueden tener un alto nivel de concentración por largos periodos de tiempo; por lo que un merecido descanso, te da la oportunidad de recargar energías.
5.- Falta de ánimo. En este punto me refiero a cuando te cuesta más trabajo levantarte de la cama para realizar tus pendientes o cuando inconscientemente empiezas a postergar procrastinar algunas actividades.
6.- Irritabilidad. Si te han dicho cosas como… Tranquilízate o tal vez te dan un chocolate para dominar a la posible bestia que salió de tu cuerpo… Espera…Divagué un poco… Pero si haz notado que te molestas con facilidad, también es una señal de estrés.
7.- Tienes problemas de salud: la gastritis o colitis son los males más comunes relacionados con pasar la mayor parte del tiempo sentado y/o estresados por el trabajo.
8.- Es muy común que en la oficina o en línea se puedan compartir mensajes cómicos o chascarrillos con los compañeros de trabajo, pero si tu interés se centra más en terminar tus ocupaciones que en convivir, es un signo de que te hace falta un descanso… Independientemente si te caen bien o mal… Pero la comedia y las risas son parte de la vida diaria.
9.- Disminuir el tiempo con tu familia o amigos. A veces las actividades laborales nos pueden tomar un poco más del tiempo del horario de trabajo, pero un merecido descanso en grupo o en familia es una buena manera de reconectarte con tus seres queridos.Pueden aprovechar el tiempo para hacer viajes en grupo y divertirse.
Por más ni menos que te lo mereces. Recordando unas palabras de alguien que quiero mucho “los viajes ilustran”, el descansar y el darnos la oportunidad de recorrer nuevos senderos nos alimenta en diferentes maneras, además independientemente de lo que suceda cada día… Lo haces excelente y te mereces un descanso.
Así que ahora que veas por tu ventana, las noticias o vayas al supermercado a comprar algo que te guste… Como diría un amigo, “permítete darte el gusto” y comienza a soñar y visualizarte en el lugar que quisieras visitar cuando acabe la cuarentena.